viernes, 29 de abril de 2011

Y el sueño se realizará






Hoy 29 de Abril de 2011, se celebraba la boda más esperada desde hacía décadas, William, el primogénito de Carlos de Inglaterra y Lady Di, tomaba esposa. Hoy, miles de sueños de miles de chicas y madres de varias décadas se veían frustrados y destrozados. El sueño de casarse con EL PRÍNCIPE se desvanecía entre lágrimas frente a cientos de televisores a la velocidad en la cual Kate Middleton caminaba hacia el altar de la Abadía de Westminster escoltada por su hermana y rodeada de la realeza más ilustre del mundo. Pero al final y ante todo, podemos decir que una de esas miles de chicas ha conseguido cumplir su sueño, el sueño de un plebeya.





William y su hermano Harry llegaban juntos, como hermanos inseparables que son, en un coche propiedad de la Casa real inglesa, sonrientes, saludando a los cientos de personas que se agolpaban en las calles. Ambos con traje militar y con espuelas en los zapatos, William de rojo y Harry de azul.


Entraban en la abadía a la par, uno junto al otro, con sonrisas nerviosas, se descubrían las cabezas y se quitaban los guantes como manda el protocolo. Mientras William saludaba a los religiosos apostados en la puerta, Harry se tocaba la nariz nervioso, se balanceaba sobre los talones y movía de un lado a otro las manos, parecía ser él el que fuera a casarse, no puedo evitar sonreír ante su conportamiento, es sencillamente adorable. Junto a su hermano mayor se encaminan por la nave central de la abadía, flanqueados por mas de mil invitados, ambos con las manos sujetas.
Kate sale de la puerta del hotel, el coche que la espera está estrategicamente colocado para que su secreto mejor guardado no se descubra antes de tiempo. Su padre y un par de damas revolotean a su alrededor, salen del coche, entran y vuelven a salir, introducen la cola del vestido y dan los últimos retoques, antes de que la futura duquesa de Cambridge parta hacia su destino. No puedo evitar imaginar lo nerviosa que debe encontrarse, de aquí en adelante cada paso que de será escrupulosamente controlado e inmortalizado para la posterioridad.






La hermana de la novia, Pippa, hace su entrada en el templo, acompañando a seis niños de la mano, niños cercanos a la familia real, que actuarán de pajes. Me indigno al ver el moreno tan poco británico y natural que luce Pippa, sin lugar a dudas es poco adecuado para una celebración de tal envergadura en un lugar como ese.



El coche de la novia se detiene ante la abadía, su hermana Pippa acude presta a su encuentro, Kate le entrega su pequeño ramo de novia, mientras el padre de ambas, James, prepara la cola de su hija dentro de coche, un gesto de lo más atento. Terminada la tarea, el padre le pasa el testigo, Pipa sostiene la corta cola a la vez que su hermana da los primeros pasos fuera del vehículo. El mundo estaba esperando este momento, el vestido.




Sorprende su sencillez, su sobriedad, sin duda a la altura de la realeza inglesa. Pero algo no cuadra, la cola es demasiado corta, peligrosamente corta, a penas llega a lo tres metros, no se puede evitar compararla con la cola que utilizó Lady Di el día de su boda, de unos impresionantes ocho metros, pero Katy no es Lady Di. Otro hecho llamativo es el uso del mismo color de tela por parte de las dos hermanas, algo que se sale del protocolo, no se debe ir de blanco como la novia. Pero aún así, el vestido de Pippa es precioso. La novia sin duda a acertado con su elección, el vestido está inspirado en el usado por Grace Kelly sin ninguna duda y le sienta como un guante. El pelo de la novia tampoco ha sido recogido, lleva un semirecogido adornado con una hermosa tiara, que se trasluze a través del velo de seda.

Mientras Kate ,sujeta el brazo de su padre y con su hermana sosteniendo la cola, camina sobre la alfombra roja rodeada de vítores y repiques de campanas, el viento juega con el finisimo velo, creando una instantánea inolvidable, sin duda el velo también a sido un acierto.

A las doce en punto, con meridiana puntualidad inglesa, la novia entraba en la abadía.
La novia recorre el pasillo central, William la está esperando en el ábside, mirando en dirección contraria, Harry, que si está observando la entrada, se gira y se susurra entre risas nerviosas algo. La novia ya a llegado.

La ceremonia es preciosa, y no puedo evitar alguna que otra lagrimita cuando ambos pronuncian sus votos. William aún está nervioso, y aparta la mirada con rapidez varias veces de Kate, ella se muestra más serena, aunque su voz no es tan alta y contundente como la de William a la hora de pronunciar los votos. Por su parte Harry mira a todos lados menos a los novios, contempla el techo, el suelo, parpadea y traga saliva, y me pregunto que es lo que estará pasando por su mente en ese momento, quiza que el siguiente al que le toca pasar por el altar es a él jejejeje

Una y cuarto de la tarde, la campanas vuelven a repicar con más fuerza, los duques de Cambridge salen de la abadía, ya son marido y mujer. Una carruaje tirado por caballos blancos les espera, el mismo que en su día utilizaron los padres de William. El inconstante tiempo de Londres a sido clemente, y parece haberse aliado con el gran acontecimiento, así que los novios podrán realizar su recorrido hasta palacio en el carruaje descapotado.



Los novios se muestran sonrientes y saludan a todos los que llevan horas esperando solo para verles. Están escoltados por la guardia montada, y seguidos por otras cuatro calesas, en las que están repartidas la reina Isabel, los familiares de ambos y a las damas y pajes de honor.

Me he vuelto a sorprender y a reír cuando he descubierto que Harry se encuentra en una de las calesas junto a dos pequeños pajes, riendo divertido mientras saluda a la multitud, encorvado sobre el asiento, y creo que pasados los nervios, se a olvidado ya del protocolo.


Los gritos son ensordecedores al paso de los novios hacia Buckingham palace.


Las carrozas y calesas llegan al patio de palacio, las camaras les están esperando. William se apea del vehículo y se dispone a ayudar a Kate, la intenta sostener de la mano, pero pronto se da cuenta de que lo que debe hacer es sostener el ramo, Kate rapidamente se lo pasa y con destreza comienza a recogerse el vestido y la cola, aunque al final, será un miembro de servicio el que la ayude con la cola, mientras Kate le da instrucciones. William, con el ramo aún en la mano, le tiende la diestra a Kate para que baje definitivamente del coche. Mientras tanto, a unos metros de distancia de los recién casados, Harry ayuda a los pajes que han ido montados con él en la calesa a descender del vehículo, una de las niñas es demasiado pequeña para bajar los peldaños ella sola, así que con rapidez Harry la sostiene de ambos brazos y la deposita en el suelo. Con movimientos lentos desciende del vehículo y se dirige directamente a la niña pequeña, dirigiéndola detrás de los demás niños. Sin duda los hermanos de los novios Harry y Pippa han cumplido su papel de niñera a la perfección, jejeje, y resulta encantador.

Las puertas del balcón se abren, un enorme estruendo se expande por el aire. Kate parece sorprenderse, y exclama algo al ahora ya su marido William. Ambos, acompañados por los pajes y los miembros más cercanos de sus familias, saludan a la enorme masa de gente que se congrega a sus pies, cientos de banderas británicas ondean,Harry flanqueado junto a la hermana y el hermano de Kate, y con señas poco discretas parece explicarle algo referente a la plaza a Pippa. El pueblo grita pidiendo que se besen. Y como manda la tradición, los novios lo hicieron.





Fin

Sin duda este es uno de esos acontecimientos que suceden en contadas ocasiones. Esta boda, a sido esperada casi desde el nacimiento de William. Se que muchas sentiréis ese doble sentimiento de felicidad y envidia, creedme, yo lo tengo, cualquiera lo tendría de Kate, a cumplido el sueño de muchas chicas. Pero pensad solo una cosa, la única que me levanta el animo, la misma que me dijo mi madre nada más llegar a mi casa hoy:





Aún queda un príncipe

8 comentarios:

  1. Que sepas que comparto la emoción contigo y es que personalmente he seguido la boda en directo a través de la televisión (suerte que ayer salí del trabajo tempranito que si no ya verías mi frustracción). Lo confieso, sigo siendo una boba romántica que se emociona ante las bodas reales y los cuentos de hadas hechos realidad (aunque por desgracia hoy día la mayoría de cenicientas hagan ascos a su zapatito de cristal).

    Y como adoro las bodas reales en general no debo (me es imposible) pasar por alto la magnificencia del pueblo inglés- lo adoro- su riguroso sentido del protocolo y todo excesivamente cuidado al detalle.

    Me hizo gracia Harry (¿sabías que con anterioridad había prometido a su abuela permanecer sobrio durante la ceremonia?) y Kate (perdón: su Alteza Real Katherine Duquesa de Cambrigde) me pareció excepcional. Siempre ha sido una mujer muy discreta y con los pies en la tierra, manteniendo su lugar sin dar escándalos.

    Me encanta esta real pareja.

    Besitos y buen finde.

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  2. Lady Di habrá llorado desde el cielo. Deseando felicidad a su hijo y esperando que Kate no sufra el mismo destino.

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  3. Me gusto mucho la redaccion de la crónica de la Boda Real inglesa, sobre todo el apoyo que le distes con las fotografías, y sobre todo me encanto la frase con la que le diste cierre a tu endtrada "Aín queda otro principe" fue de lo más acertada para todas aquellas que se quedaron con las ganas, pero pobre de Harry, se tiene que cuidar muy bien las espaldas

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  4. Aún queda otro príncipe. jajaja! Si la hermanita de Kate lo tiene en la mira ha tenido una mala estrategia. Ese vestido blanco lo va a ahuyentar. jajaja
    Sé que el protocolo permitía que tuviera un vestido blanco pero yo no lo hubiera elegido ni lo hubiera aceptado si lo eligió otro. Es el momento para que la novia brille. Ya le llegará el momento a ella de ser el centro de atención.

    Besos

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  5. la boda real... única... a disfrutar...
    besotes

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  6. Plebeya todo lo que quieras, pero el padre de esa chica es más rico que Creso, por lo tanto era obvio que haría un buen matrimonio.
    Yo tuve la suerte de ver la boda en directo en la cadena de la BBC (pues resido en England), y lo primero que le dijo William a Kate cuando llegó a su lado fue "you look beautiful" (estás preciosa) ainsssssssssss!!!!
    Sí, es cierto chicas, aún queda un príncipe, pero ese no se casa ni pa atrás, porque le gustan mucho las ladies (me lo dijo un compi del trabajo). Así que........¡a seguir soñando toca!
    besos.

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  7. No pude ver la boda, he visto los resúmenes, desde luego es para soñar, cosas así no se ven todos los dias.
    La pareja está enamorada y eso le dió un toque romántico y encantador, creo que hacen buena pareja y que les irá bien.

    Henry ha sido la revelación de la boda, estaba encatado y guapisimo, es espontaneo y divertido, así mismo Pippa brilló con luz propia, desde mi punto de vista eclipsó a las demás.

    Tu crónica muy detallada, he conocido detalles que se me escaparon.

    Besos.

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